domingo, 24 de mayo de 2009

EN LA RECTA FINAL (4)


Así es... de pronto, mediada la semana 35 empiezo a notar contracciones... uhmm... ¿Qué tipo de contracciones serán?
No me pongo nerviosa... simplemente le pregunto a mi bebé... ¿quieres salir ya? ¿no es demasiado pronto?... aunque como buen hijo de tu madre... no te debe gustar esperar... nos queda apenas semana y media para poder nacer en casa... ¿aguantarás?

El tacto de mi querida comadrona nos revela que estamos empezando a dilatar, que el cuello del útero empieza a borrarse... aguanta mi pequeño...

Bueno, pues nos queda por delante una semana de reposo relativo, nada de paseos largos con la perrita, nada de aprovechar este solcito para calentar el cuerpo... nos quedamos en casa tranquilitos aunque seamos culos inquietos.

Ahora nos toca interiorizarnos, hacernos a la idea de que apenas nos quedan unos días, o semanas, para vernos las caras, pare re-conocernos... qué ganas.

¿Hacemos balance? Venga, allá vamos...

Ha sido un muy buen embarazo... apenas unos molestos ardores al principio y al final... nada que no se fuese con un buen trago de leche fría o una tónica, en su defecto.
He dormido como un lirón todo lo que he querido y más (la suerte de estar de baja desde el primer día... nunca sabré la suerte que he tenido... y la que me queda, que todavía nos quedan 9 meses de baja por delante... gracias a este trabajo de "riesgo"!)... no he sentido molestias en la cama, salvo tener que despertarme a hacer pis un par de veces por noche (una se acostumbra a no despertarse del todo, estoy practicando para cuando estés aquí y me toque darte el pecho)...

Tal vez lo más "molesto" de todo el embarazo es tener que ir al ginecólogo, sobretodo porque entre ellos (y créeme que hemos tenido a muchos distintos), no se ponen de acuerdo.
Está, por ejemplo, la que no te mira a la cara, que habla para el cuello de su camisa, que está obsesionada con el peso y que además te trata como una maestra de la vieja escuela... esa, sin duda era la peor... tu padre se asomaba a la puerta antes de que nos llamasen para entrar y si estaba ella, ya nos ibamos preparando mentalmente... cuando se enteró que no habiamos querido hacernos el triple screening me fulminó con la mirada: ¿y eso por qué? me preguntó mirandome por debajo de sus gafas... yo la miré... no podía creerme que no fuese capaz, ni siquiera un segundo de ponerse en la piel del otro, porque si fuese capaz habría entendido enseguida que saliese el resultado que saliese íbamos a seguir adelante...
Luego había otra, mucho más cercana, que curiosamente opinaba que mi peso estaba bien, me preguntaba mirandome a la cara cómo me encontraba y si tenía alguna duda.

Al principio de todo, me tocaron dos hombres... y he de reconocer, aunque me duele, que eran mucho más empáticos que ellas, que no se llevaban las manos a la cabeza cuando ponía sobre la mesa mi intención de un parto "natural" o un parto en casa... el primero de todos me dijo incluso que si mi embarazo era bueno, no veía por que no intentarlo... lástima que no volviese a verlo más... meses más tarde me lo encontré en las jornadas ENCA "nuevos retos en la atención al parto" organizado este año por El Parto Es Nuestro... ahí lo entendí todo... y deseé con todas mis fuerzas que todos los ginecolog@s y comadronas de España estuviesen en esa sala... soñar es gratis, sí, pero muy bonito.

Luego está el tema de las matronas de la SS.SS (y conste que estoy a favor 100% de una sanidad pública y de la calidad), pero me daba cuenta de que apenas estaban recicladas... éstas tampoco se ponían de acuerdo con el peso, una que si había engordado mucho, que me pusiese a dieta, otra en cambio, estuvo 10 minutos interesandose por lo que comía, y como consideró que mi dieta era sana, no le dió mayor importancia al tema del peso... otra, en cambio, sin haber llegado a sentarme en la silla me soltó un "te voy a poner a dieta baja en sal porque tienes los labios muy gordos"... y yo no podía más que reirme porque estos son los labios que dios me ha dado!

Así y todo, yo iba muy tranquila a las visitas porque tenía muy claro lo que quería y no quería... y eso es lo más importante... sabía a lo que me podía enfrentar, así que a veces les rebatía y otras veces lo dejaba estar...

Han sido 8 meses estupendos, hablando y paseando con tu padre, preparándonos con las maravillosas comadronas del parto en casa, tan tan sensibles que eran capaz de escuchar tu corazón con sólo pegar la oreja a mi barrigota, que sabían perfectamente cómo estabas colocado sin necesidad de ecografías, tan sólo acariciando mi tripa... que le han hecho muy partícipe a tu padre, enseñandole a leer mis necesidades y a hacerme un tacto...

Sé que ha sido un buen embarazo por la tranquilidad que he tenido, tantos meses de baja, no teniendo que lidiar con jefes ni transportes atestados, con el cansancio del final del día, con el sueño que de pronto te viene... he sido la embarazada menos estresada de madrid, y doy gracias por ello... largos paseos con la perrita reflexionando sobre el sentido de la vida, hablando contigo... sintiendome fuerte... y es que, lo que son las cosas... ¿cómo no voy a sentirme fuerte si ahora tengo 2 corazones latiendo dentro de mi, 4 brazos, 4 piernas... 4 pulmones (aunque los tuyos están aún sin utilizar)... ¿cómo no voy a sentirme bien si deseaba con todas mis ganas tenerte dentro de mi?

Desde aquí lo digo bien alto: estar embarazada es una de las sensaciones más placenteras que he tenido (algunas se que me odiarán por esto, jeje)... y espero que tu nacimiento también lo sea... si existe el parto orgásmico (que existe), voy a poner todo mi cerebro primitivo al servicio del placer... ya te contaré...

Hasta dentro de muy poco.