martes, 2 de octubre de 2012

Esta noche escribo triste, con las tetas llenas de leche después de pasar todo el día alejada de mis churumbeles, que ahora duermen plácidamente...

Hoy vengo a hablar (a vomitar, más bien) sobre la conciliación... esa bonita palabra con la que se llenan la boca los políticos y los empresarios, pero que la mayoría de las veces, brilla por su ausencia.

Señoras y señores: LA NATURALEZA ES SABIA. Habréis escuchado esta frase un sin fin de veces, como yo... y, sin embrago, ahora me agarra dentro, con fuerza, tambaleándome...

La naturaleza es tan sabia que hace crecer en las mujeres (casi todas) el deseo de ser madres. Quien ha pasado por esto sabrá que no es algo racional, es más bien como un torbellino que se aloja dentro de ti...
Es tan sabia que ha creado el Don del Placer para que hombres y mujeres lo compartan y así asegurarse la supervivencia de la especie, es decir, sus hijos, los hijos de la Madre Naturaleza, de la Madre Tierra, de la Pachamamita.

(No entro aquí, porque no viene al caso, los placeres que personas del mismo sexo pueden darse).

La Naturaleza es tan sabia, que hace que durante los primeros meses de embarazo, la mujer se sienta cansada y desee dormir más, asegurándose que todas las energías se centren en el crecimiento del bebé. Tan sabia que hace que durante esos meses, la mujer rechace ciertos alimentos y hábitos tóxicos que pueden dañar a su hijo...

Es tan sabia que cuando nace un niño,sobretodo cuando no se ha medicalizado el parto, (lo habitual, vamos), madre e hijo se llenan de opiáceos para crear una suerte de adicción recíproca y así asegurarse de que la madre va a necesitar a su hijo casi tanto como él a ella. Todo esto ocurre si la madre y su bebé no son separados (lo habitual, vamos).

Es tan sabia que ha puesto en el cerebro de hombres y mujeres la reacción espontánea hacia el llanto del bebé, haciendo que todo el cuerpo reaccione a ese sonido y desee apaciguarlo... y si lo tienes en brazos, aunque no sea tu hijo, aunque nunca hayas dado el pecho, instintivamente deseas meterle una teta en la boca para calmarle.

Es tan sabia que cuando te separas de tu bebé, tu cuerpo reacciona queriendo estar a su lado, echándole de menos tanto como él a ti. Tan sabia que cuando un bebé dormido se despierta y no encuentra a su madre, llora hasta desfallecer, porque su instinto le dice que si se encuentra sólo, puede morir... 
  
Todo esto dura aproximadamente dos años y medio, asegurándose así la supervivencia del bebé. Todo tu cuerpo reacciona para protegerlo.

Así que si, la naturaleza es sabia... y nosotros vamos contra ella.

Porque da igual que durante los primeros meses de embarazo la mujer se sienta cansada y con sueño, porque le toca de todas todas ir a trabajar, no vaya a ser que la echen. Y si te duermes por las esquinas más te vale esconderte para que nadie diga que no rindes.

Da igual que se sepa que el parto debe transcurrir tranquilo y sin tiempos, porque de todas maneras te van a tumbar, ningunear, rajar y drogar, para que paras en los tiempos establecidos. Y aunque la no separación de tu bebé recién nacido sea la condición suprema para establecer una buena lactancia y vincularse, mejor se llevan al bebé y le meten un biberón de suero glucosado, no vaya a ser que tan pequeño ya demande demasiado a su mamá.

Da igual que el bebé llore en la cuna y su madre quiera cogerlo y acunarlo, porque lo mejor es que aprenda a dormir sólo, y llorar le ayuda a abrir los pulmones... más le vale ir aprendiendo a ser independiente...

Y aunque sepamos que por lo menos durante los primeros 6 meses el bebé debe tomar lactancia a demanda (o biberón a demanda), mejor le guardamos en una guardería a los 4 meses para que su madre pueda incorporarse de nuevo al mercado laboral... a saber en qué condiciones: porque la naturaleza ha previsto que la mujer y el bebé sufran si están separados, lo que no sabía ella es que los hombres haríamos todo lo contrario.

Así que así estamos, llenando las oficinas y fábricas y tiendas y grandes superficies de mujeres trabajadoras, mientras otros cuidan a sus bebés... y mientras trabajamos pensamos en nuestros hijos, pero más nos vale decir nada, porque "Hija, estamos todas igual"...

Pues yo estoy harta, estoy hasta los mismísimos ovarios de ver como mis compañeras madres trapichean con Diazepanes para tratar de sobrellevar sus vidas, contranatura total. Harta de escuchar la palabra CONCILIACIÓN...

¿De qué conciliación estamos hablando? ¿Ampliación de horarios en las guarderías donde guardamos a nuestros hijos? Y mientras nosotros tenemos una jornada laboral agotadora (no por tiempo, si no por lo mal gestionado) nuestros hijos también las tienen, algunos más de 12 horas guardados en la guardería (si, no se lleven las manos a la cabeza que conozco unos cuantos que dejan a sus hijos a las 7 a.m y les recogen a las 19).

La Naturaleza es sabia y nosotros nos hemos alejado de ella, nos hemos desvinculado... esclavos de un modelo patriarcal nos hemos masculinizado, hemos dejado que imperara la energía masculina y nos hemos olvidado de la femenina: lo racional frente al instinto, el egoísmo frente a la cooperación... 

Y así nos luce el pelo, no ya a las mujeres, si no a la sociedad en general: llenamos las guarderías de bebés mientras las madres se drogan tratando de olvidar que lo que les dice su cuerpo, lo que les dicta su instinto, es dejarlo todo para coger en brazos a su bebé.

La Naturaleza es Sabia, y nosotros unos gilipollas.

                                                      http://blog.conciliacionrealya.org/    

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